ENTORNO HUMANO
El pequeño pueblo de San José, a pocos minutos de nuestras instalaciones está servido por el ferrocarril Bolivia-Brasil y una moderna carretera que parte de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. La ciudad está diseñada a la manera del damero español. La Iglesia de San José de Chiquitos, construida por los misioneros jesuitas hacia 1748, es una de las pocas iglesias misionales construidas con ladrillos cocidos en hornos hechos especialmente. El revestimiento de su estructura sostenida por grandes pilares de madera de un solo tallo de soto labrado, lleva piedra, madera, barro y cal. En el interior, objetos laminados con motivos barrocos salidos de la cotidianeidad indígena, decorados a mano con plata, incrustaciones de piedras preciosas e imágenes sagradas recubiertas con pan de oro y mica, embellecen los altares.
El conjunto se completa con un campanario expuesto al exterior y la plaza principal, de perímetro cuadrilátero.
El Parque Histórico “Santa Cruz la Vieja”, lugar donde fuera originalmente fundada la ciudad de Santa Cruz de la Sierra en 1561 por el Capitán español Don Ñuflo de Chávez protege a la ciudad de los cambios intempestivos de los nuevos tiempos. El Parque tiene una superficie de 17,080 hectáreas.Allí se mantienen las 32 calles originales, la plaza central y algunas ruinas de las casas de la que otrora fuera la ciudad que cambió de lugar años después.
Los vecinos asentamientos indígenas Chiquitanos y Ayoreos brindan un especial sabor local.
Gran parte de la economía local recae en la agricultura de las comunidades Menonitas con sus grandes extensiones de cultivos de granos y leguminosas donde literalmente “el cielo se oscurece cuando vuelan las torcazas”.
ARTE RUPESTRE
Numerosas muestras de arte rupestre acompañan a los monumentos misionales. Las formaciones del Escudo Brasileño, uno de los conjuntos geológicos más antiguos del planeta, son mudos testigos del paso del hombre de épocas remotas.
La hacienda San Pedro cobija al petroglifo llamado “El Diablo” debido a su forma antropomórfica con aditamentos similares a cuernos. En el cañón El Carmen se destaca la “Roca Alada”.Otras muestras pueden ser apreciadas en San Juan de Taperas bajo el nombre de “Pope Santósch” y a escasos 20 minutos de Pigeon-Palace Lodge, en Quimome, se encuentran las “Pisadas del Jaguar” con huellas del animal marcadas sobre las piedras.
Capinzal y Motacusito albergan diversos sitios con figuras zoomorfas y antropomorfas en paredes de cuevas y cañadones.
En las afueras de Santiago, sobre paredones pétreos y cuevas naturales se destacan “El Banquete” y “Motacú” con sus figuras características que han despertado el interés de arqueólogos y estudiosos por su complejidad y tamaño.
La idiosincrasia de los nativos entremezcla mitos y leyendas sobre la convivencia del hombre con la flora y la fauna; así cada lugar tiene su cuota de misterio como telón de fondo venido de tiempos pasados.
TRADICIONES, MITOS Y LEYENDAS
Muchas leyendas se tejen alrededor de la salida impetuosa de los misioneros jesuitas luego de su expulsión de territorio americano alrededor del Siglo XVIII. Los entierros de tesoros pertenecientes a la iglesia con el objeto de preservarlos a resguardo de la ambición de los aventureros, o esperando el retorno a la tierra encantada, forman parte de las consejas populares.
Algunos cazadores relatan anécdotas de curas fantasmales deambulando por el bosque a la luz de fuegos fatuos en posibles lugares de tesoros enterrados.
La mitología indígena local aporta su cuota de misterio.
Cada lugar del bosque, cada río, cada especie de animal superior, cada árbol tiene un “dueño” al que se debe pedir permiso para cazar o utilizar.La existencia de estos “dueños” tiene el objetivo de cuidar el uso sostenible, pues si un cazador caza más de lo necesario, el “dueño” de la especie cazada cobra su venganza. , convirtiéndolo en un ejemplar del animal cazado ya su vez, en presa de otro cazador.
Las acequias, las pozas o los manantiales tienen un cuidante llamado “jichi”, de concepción zoomorfa o antropomorfa, que las preserva de abusos de los humanos.
(Tenga cuidado con la magia de la selva que suele encantar a sus visitantes)
FESTIVAL INTERNACIONAL DE MUSICA BARROCA Y RENACENTISTA AMERICANA MISIONES DE CHIQUITOS
Desde 1691 hasta 1760 las poblaciones de los usualmente nómadas indígenas chiquitanos fueron reunidos en once asentamientos llamados “reducciones”.
Los jesuitas usaban la música como instrumento de la conversión de los habitantes nativos al Cristianismo. Por ello cada Misión contaba con una escuela de música, artesanos y talleres para fabricar instrumentos musicales.
A partir de la recopilación de más de 5.000 piezas y composiciones musicales barrocas bajo el espíritu creativo del sacerdote jesuita Doménico Zípoli, gran artífice de este tesoro musical extendido por todas las tierras misionales y que hoy conforman el Archivo Misional de Música Barroca, cada dos años (Abril-Mayo) se realiza el Festival Internacional de Música Barroca y Renacentista Americana Misiones de Chiquitos, que congrega a cultores e intérpretes de música barroca de todo el mundo.
Los escenarios de la ejecución coral y orquestal son las iglesias jesuíticas, construidas con un perfectamente definido estilo barroco que combina elementos arquitectónicos indígenas con europeos, entre las que se incluye la iglesia del cercano pueblo de San José, y declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por UNESCO.
El festival incluye la interpretación de piezas musicales con instrumentos barrocos y ha sido incluido juntamente con el recorrido misional, en el proyecto su declaración como Sitio Turístico Mundial.